EQUIPAMIENTO
ALQUILER DE RAQUETAS Y PRÉSTAMO DE BOLAS
Si no dispones de raqueta propia, alquílala en nuestro club por 2 € el partido. Adquiere tus bolas en nuestro club, y si eres principiante, te podemos prestar alguna.
Calzado
Por el bien del parquet de pista y para evitar el rápido deterioro del calzado, es recomendable usar calzado de goma blanca, amarilla o no “marking”.
También son válidos el calzado de fútbol sala, de voleibol o de tenis de pista de cemento.
* Pregunta en recepción para más información. Incluso podemos tener calzado de tu talla para jugar al squash.
Raquetas
Son varios los parámetros que influyen a la hora de definir las características de una raqueta de Squash.
Simplificando un poco, se suele aceptar generalmente la regla de que en una raqueta de Squash se busca una de estas dos funciones : potencia o control.
- El tamaño importa. Las raquetas de cabeza más grande proporcionan un golpeo más potente, mientras que las de cabeza más pequeña permiten un juego de control.
- El peso es fundamental. Las raquetas más pesadas transmiten más fuerza al golpeo, mientras que las ligeras al ser más manejables se adaptan mejor a un juego más técnico; de muñeca y volea.
- El equilibrio también interviene. El equilibrio es la distribución del peso de la raqueta entre el mango y la cabeza. Si el centro de masa tiende a la cabeza, primará el golpeo de potencia, mientras que si tiende al mango, permitirá un mejor control del golpeo.
- El cordaje.
- El ancho del mango, conocido como grip. Las raquetas de squash tienen un mango estándar, por lo que en función del tamaño de nuestra mano puede ser necesario añadir una cinta de grip a la empuñadura.
En resumen, si buscas raquetas de squash donde prime el control sobre la bola, busca las siguientes características:
- Raqueta de cabeza más pequeña.
- Ligera de peso.
- Equilibrio en la cabeza.
Por el contrario, si tu juego se basa más en la potencia, busca las siguientes características:
- Raqueta de cabeza más grande.
- De mayor peso.
- Equilibrio en el mango.
BOLAS
Las pelotas de squash suelen tener entre 39.5 y 40.5 mm de diámetro, y una masa de 23 a 25 gramos.
Se componen de dos mitades hechas de un compuesto de goma, pegadas juntas para formar una esfera hueca y pulida.
Distintas pelotas se adaptan a distintas temperaturas y condiciones atmosféricas, así como a distintos niveles de juego: los jugadores más experimentados usan por lo general pelotas más lentas, y que por tanto botan menos que las usadas por jugadores noveles (las pelotas más lentas tienden a “quedar muertas” en las esquinas de la pista tribunal, en lugar de rebotar más, permitiendo así tiros más fáciles).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que por su composición, una pelota de squash tiene la propiedad de reblandecerse cuando se calienta, por lo que bota más. Es más, en frío, apenas tiene rebote, por lo que es prácticamente imposible jugar. Por tanto, al inicio de la sesión es conveniente golpear la bola varias veces durante el calentamiento, no sólo para que calienten los jugadores sino también para calentar la pelota.