1) SENTADILLAS LIBRES (piernas):

Coloca los pies a una anchura ligeramente superior a la distancia de tus hombros, la cadera deben estar alineadas en la misma dirección que las rodillas y éstas a su vez con los tobillos. Tira los hombros hacia atrás y hacia abajo y mantén la espalda recta para evitar causar tensión en la espalda baja. Es muy importante que la espina dorsal se encuentre en una posición neutra durante todo el movimiento.

Extiende los brazos hacia delante de manera recta, de forma que estén paralelos al suelo, con las palmas mirando hacia abajo. También puedes probar  a colocar los codos junto al torso con las manos cruzadas entre sí y el dedo pulgar hacia arriba.

Inicia el movimiento inspirando y desbloqueando las caderas a la vez que las llevas ligeramente hacia atrás y empiezas a doblar las rodillas. Cuando el trasero empiece a sobresalir, asegúrate de que tanto el pecho como los hombros se encuentran erguidos y que la espalda continúa permaneciendo recta. Ten la cabeza apuntando siempre al frente para mantener la espina dorsal neutra.

Para que una sentadilla sea completa debe de ser tan profunda como tu anatomía te permita. La profundidad óptima de tu sentadilla debería ser aquella que te permita llevar la cadera por debajo de la rodilla, siempre que tengas la suficiente flexibilidad para hacerlo cómodamente .Mantén el abdomen apretado y, con el peso corporal sobre tus talones, realiza un movimiento explosivo impulsándote a través de ellos para ponerte de pie. Imagina que tus pies van a extenderse hacia los lados pero sin hacerlo, ya que los talones se encontrarán apretados contra el suelo.

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